Fernando Arrabal: Sobre Antonio Fernández Molina, en el blog de Antón Castro





[Hace unos días Antón Castro publicó una entada en su blog sobre la entrevista que realizó a Fernando Arrabal en Periferias. A lo largo de la conversación el dramaturgo habló sobre Antonio Fernández Molina. A continuación reproducimos el extracto del nota.]

El martes habíamos concertado una entrevista con Fernando Arrabal en Huesca, una vez que éste hubiera atendido a los medios que tenían que hacer la información ese día. Llovía, había un tráfico inmenso, y Arrabal, nos dijeron, había llegado cansado, sin muchas ganas de hablar. Óscar Senar, el joven periodista de Heraldo de Aragón en Huesca, me dijo que le había dicho: “Me cae usted muy simpático, pero no tengo respuestas para sus preguntas”. Le preguntó por la irreverencia, entre otras cosas, algo para lo que sí Arrabal tiene respuestas, sin duda. Finalmente, tras la presentación del estupendo libro La cocina caníbal de Roland Topor (Tropo Editores), tras saludar a algunos amigos (José Domingo Dueñas, Isidro Ferrer, Luis Lles, Juanjo Javierre, Carlos Grassa Toro, Raúl Herrero, Esther Fernández Echeverría…), pudimos hablar con Fernando Arrabal, merced sobre todo a la delicadeza, el poder de convicción y el cariño de Teresa Sas. Lo entrevistamos en una sala rosa, donde colgaba la muestra de cómic que coordina Bernardo Vergara. Arrabal, sin ser tan simpático como lo fue luego en su conferencia-confesión improvisada, estuvo estupendo: habló del Diccionario pánico, de su padre y de la ley de la memoria histórica, de su amistad y contactos con artistas como Picasso, Magritte, Dali o Marcel Duchamp (con quien jugaba al ajedrez), habló de sus compañeros del teatro pánico, habló de patafísica y recordó al poeta Antonio Fernández Molina, a quien definió como uno de los mejores poetas no solo de España, sino del siglo XX en toda Europa.
Arrabal estuvo sincero y reflexivo, justo de teatralidad, podríamos decir, y reveló una de sus aventuras de su vida: la infructuosa e inagotable búsqueda de su padre, que huyó de cárcel en cárcel hasta que desapareció. Fernando Arrabal hijo habló de Fernando Arrabal padre con emoción, con admiración y con pena. “Mi padre ahora tendría más de un siglo, y ya he dejado de buscarlo, pero su historia es especialmente conmovedora. Él declaró su lealtad a la II República el 17 de julio de 1936 y hubo de pagar por ello”.

[Si alguien desea leer el texto de la entrada completo puede hacerlo en el siguiente enlace:

[En la viñeta superior:
Mapa Gris de Antonio Fernández Molina Serigrafia/ Cartulina 47 x 36 cm 2003.
Tomada de la página:


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