Barceló, creador de metáforas reales, artículo de Antonio Fernández Molina






La exposición de Miguel Barceló en el palacio de Velázquez del retiro de Madrid, actualmente es la última de las que viene realizando en las importantes capitales de países como uno de los mas famosos artistas jóvenes (nació en Felanix, Mallorca 1957) actuales. Exhibe obra reciente. Bastantes de sus cuadros tienen la marca de haber sido realizados hace muy poco.
Estas obras que son etapas últimas de su evolución, nos muestran un Barceló, además de original, maduro. El sagaz experimentador de otras ocasiones, ahora ofrece un curioso tono “clásico” que en parte procede de su talento para imponer rápidamente al espectador los recursos de su lenguaje, y también el de los temas y las formas de realizarlos.
Maestro en la utilización de las metáforas plásticas. Hay en su mundo los rastros asimilados de otros, hechos carne, sangre y espíritu de si mismo.
Barceló pertenece a esa clase de pintores, cada vez, afortunadamente, en nuestro país, que están cultivados intelectualmente como escritores. Lee mucho y muy buenos libros. Uno de los temas presentes en la exposición es el de las bibliotecas, donde un lector, donde un lector en el que adivinamos un más o menos enmascarado autorretrato, lee sumergido en las páginas de un libro como en el fondo de una cueva o pozo, rodeado de volúmenes y fumando. A veces se lee el nombre de los autores en los tomos de los siempre importantes libros. Y siempre asistimos a estas escenas como si las contempláramos en el relato cinematográfico de un sueño que  tiende a envolvernos en una atmósfera literaria.
Y literaria, en el positivo sentido de la acepción, es su pintura. Tanto que es profundamente poética. Sus cuadros son cual trasposiciones cual un Mallarmé o un Góngora actual. 
Cada uno de ellos nos narra un episodio de su existencia con alguna nota narcisista. El artista narra acontecimientos personales. Nos cuenta su vida y sus sueños. Sus paseos por los salones de Louvre han sido motivo de una serie de pinturas dedicadas al tema. Hermosos paisajes de interior urbano y anímico. Toda la inquietud de una aventura artística a la de colocar la obra en lugares similares a este museo , dan a estas pinturas un acento grave y emocionado. Nos habla del motivo, pero sobre todo la motivación y de paso ofrecen subyacentes imágenes, deliberadamente artística y de la realidad inmediata trasferidas al arte o con él relacionadas.
Otros cuadrso están motivados por el mar: Arena, barca, hombre solitario y perro, testimonian de un anhelo apacible y de una gozosa soledad enriquecedora. Elementos de la vida inmediata que suelen ser tratados por pintores hipe realistas o realistas, próximos al hiperrealismo, como son los alimentos y las cocinas donde se preparan, le sirven a Barceló para ofrecernos su testimonio de su amor por las cosas sencillas y habituales , por donde, ya que no en otros aspectos de su obra, viene a coincidir con Picasso.
Su estilo.
Nacido a la realidad de la fama, cuando se difundiera la transvarguardia en nuestro país, su obra se realiza en paralelismo con ella y se sitúa en el amplio movimiento de inspiración expresionista, que dentro del realismo viene desarrollándose en las últimas décadas. Pero él, como auténtico creador, le da un acento peculiar. Se realiza a través de un dibujo de una gran libertad y basado en el reconocimiento de los valores tradicionales del dibujo de los grandes maestros, en especial los italianos y el Greco. (Greco-Góngora son como dos constantes, aunque trasfiguradas y acaso inconscientes en su obra) a ello se le une una asimilación positiva de los recursos y los méritos del informalismo y de la aportación de la libertad del Dadaísmo. La consecuencia es una sabia integración de la disciplina y del azar, del oficio manual y de las aportaciones de lo imaginario.
El color se ofrece como una turbadora presencia que surgiera del interior para impregnar el soporte. Formas, materias, líneas, en ocasiones parece flotar en la superficie de un líquido de diversas tonalidades.
Con frecuencia incorpora a sus obras objetos o fragmentos de materiales diversos en collage con desparpajo y plástico acierto.
El recorrido.
A los diecisiete años apareció ante el público con una gran personalidad que fue notada por los espectadores. El collage y la manipulación han jugado un papel importante en su obra. A la vez ha sabido usar inteligentemente, recursos conceptuales para dar a su trabajo plástico un oportuno toque de interés. Su originalidad le llevó a utilizar también soportes anticonvencionales que rápidamente se han puesto en vigente uso.
Bien dotado desde el principio como pintor, puede decirse que ha ido llegando a la pintura abiertamente de un proceso rápido y espectacular, con resultados excelentes
La libertad de poder usar en estos momentos cualquier tipo de lenguaje sitúa el artista consciente en una inquietante encrucijada. Decía Virginia Wolf que  las aportaciones experimentales de la época moderna estaban preparando los cimientos de  una obra futura más sólida. Y no parece que se equivocara. Es muy posible que en un futuro inmediato Barceló nos sitúe ante algún aspecto del arte que aparezca como el inicio de un nuevo nacimiento.*
Autorretratos
Si puede decirse que así como solo se escriben autobiografías, solo se pintan autorretratos, en el caso de Barceló destaca esta realidad. El artistas se hace presente como contemplándose así mismo en las imágenes oscurecidas de una vieja película. Y al narrarnos sus inquietudes, sus experiencias y sus sueños, nos pone en contacto con un aspecto significativo de la sensibilidad actual......
La pintura de Barceló no se expresa en una moda. Esta puede estar en sus seguidores que son los que corren el riesgo. El está a salvo.

* La intuición de Molina se confirma con el uso innovador que Barceló dará al barro.


Antonio Fernández Molina
© Herederos de Antonio Fernández Molina
El Dia de Aragón
29 de Septiembre 1985  

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