Francisco Ferrer Lerín, artículo de Antonio Fernández Molina



Artículo firmado por Antonio Fernández Molina
Sección «El Cierzo». ABC ARAGÓN. 29 de febrero de 1992



Francisco Ferrer Lerín

No se puede decir que Aragón sea un territorio en donde es frecuente que acudan a trabajar y pasar sus días artistas y escritores de importancia. Por eso quiero señalar como desde hace años vive en Jaca un escritor y un poeta muy significativo en nuestra literatura a partir de los años sesenta. Me refiero a Francisco Ferrer Lerín. Tengo sobre la mesa sus libros publicados hasta el momento. Ferrer Lerín no es un escritor prolífico. Tres son los títulos que lleva editados.
El primero De las condiciones humanas apareció en 1964 en la colección «De trigo y voz provistos» de la editorial Trimer, dirigida por Joaquín Buxó Montesinos. Nacido en Barcelona en 1942, con este libro puso uno de los primeros pilares de una sensibliidad poética que no tardaría en ser difundida por los «novísimos».
Poco después de editarse nos pusimos en contacto y tuve la fortuna  de poderle publicar algunos de sus extraordinarios escritos en Papeles de son Armadans.
De 1971 es la edición de su segundo libro La hora oval editado en la colección de poesía «Ocnos» y donde, junto a sus poemas, se acogen unos cuantos relatos poemáticos de singular originalidad que le sitúan en la primera fila de los escritores independientes, raros, valiosos. En 1987 aparece su tercer libro Cónsul, donde como el anterior alternan el verso y la prosa.
El mundo literario de Ferrer Lerín se sitúa en un territorio que es el de nuestro tiempo y el de nuestra civilización. Un mundo que parece dominado por las máquinas y donde el tecnicismo alimenta la historia de los humanos. Pleno de libertad imaginativa. Ferrer Lerín despliega un humor sutil y coherente del que parecen desprenderse astillados fragmentos de poesía ardiendo. Inspirado y estimulado por técnicas como la cinematográfica y por géneros como la novela policiaca y otros afines de apariencia contracultural, usa con frecuencia del collage y del pastiche. Así alcanza una calidad expresiva de insólita contundencia.
La calidad y la tensión de sus escritos explica el hecho de que su obra sea breve y de que pasen amplios períodos sin que aparezcan textos suyos pues tampoco se prodiga en las revistas literarias ni en las secciones culturales de los periódicos.
Difícilmente equiparable, forma su propio grupo, su propia generación y su propia escuela. Aunque deseamos que escriba y publique cosas nuevas sabemos cómo lo realizado es suficiente para que haya que recordarlo y leerlo, como a uno de entre los mejores e imprescindibles.

© Herederos de Antonio Fernández Molina

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